Aunque hayamos creído que el mundo se abandona, la gente se seguirá levantando, los hombres seguirán cantando y algunos volverán a sonreír,... Cuando detienes las ruedas y te bajas a caminar, cuando decides observar y te das cuenta que todo se repara en cierta medida, cuando te das cuenta que hay quiebres que fortalecen y mejoran. Cuando te das cuenta que no importan el viento, ni la lluvia, ni el calor furioso, ni las alergias de primavera abaten, porque siempre habrá fuerza, porque siempre habrá tesón, porque siempre habrá alguien con algo por qué luchar.
No importa que los sueños te traigan viejos baúles con ofrendas de lo que no fue y que ahora pudiese ser mejor, no importan las telas rotas y las usadas, no importan. No importa la vida que murió si no fuese por su ideal y no importan los personajes que pasaron. Si mientras respiramos a veces nos cuesta comprender ciertas cosas y, a medida que se te va el aire empiezas a entender. Una vez me dijeron, por ahí, que el ser humano nunca aprendía, que era una especie terca, siempre cometiendo los mismos errores, siempre con las mismas fallas...
Derrepente creo que hay factores que intentan quitarte los sueños, que intentan opacarte, bajarte, olvidar la música y su sentir, olvidarte, abandonarte... Cuan resistentes seamos a ello, cuan fuerte nos haga pelear, significará el tamaño de la gratitud, con uno, con la vida, con los ojos que permiten verlo todo, que permiten saberse verdadero, espontáneo, innato,... Natural.
Así el sol come las nubes, despeja los cielos y guarda el agua para alimentar, mueve semillas con el viento, nutre la tierra, hace crecer plantas, alimenta de calor, eclipsa los cuerpos más bellos, y hace brillar los opacos como si tuvieran el pelo al viento, fulgurantes, amantes...