martes, noviembre 27, 2007

Estracto

Quién te crees que eres?? No puedes llegar y abarcar con lo que trae la calle y arrasar con las canciones de la tarde dispuesta a la sonrisa, no puedes arribar y burlarte por un escrito que no se ha hecho la noche anterior,... Me rindo y te entrego esta tarde tu tercer día, y por la noche el cuarto. No quiero quererte, hoy no lloraran más las magnolias y las flores que nunca conociste se entregarán felices al aire libre de tu ausencia, la esencia a ellas pertenecientes se acaba ante la lejana sensación de que volverán a verte otra noche, otro día de forma distinta, bajo otro nombre y bajo otro cuepo y se llevarán la sorpresa de que nada ha cambiado y desearán no haberte amado, así lejana sombra de antaño, no serás más que un mal recuerdo que atormentaba a las asucenas y hacía perder la fe a las ilusiones... No quiero verte, a no ser que mañana hubiesen pasado a lo menos dos años, porque tú eres como la muerte feliz que amo y no me agrada... En fin.... Creo que te empiezo a odiar de sólo amarte, los casacabeles que llevo en la cadera te avisarán el día indicado que no bastaba más que una mirada de esas,... Mírame como objeto para sólo no quererte, para sentir que yo también te puedo obtener como objeto, déjame ser un instrumento de tus sensaciones y de las mias sin involcucrar en ellas sentiemiento, sería mucho más fácil si mi ojos no te observaran y sólo te miraran porque evalúo los movimientos y cuento con mis oídos las pulsaciones de tu pecho, ya no quiero que seas la mezcla que no me permite juzgarte, ya no quiero que aparescas cuando no anhelo que lo hagas... Eres como la sensación angustiosa que te provoca esta música enloquecedora cuando no estás en trance y no eres capaz de volarte.... Hoy voy a fumar marihuana para acercarme a tu mundo etéreo y probaré si es verídico que aún no concuerda y entre las nubes sigo sintiendo tu aroma a solas...


lunes, noviembre 26, 2007

Bífida

Mi estómago está reposando sobre la última rama del árbol, mis manos y mis pies cuelgan como péndulo hace horas, el viento está agradable y el color de mi polera narra la armonía del día, no hay nada como minutos disponibles para alegarme. Estoy hablando con un amigo, lo suficientemente místico como para hacerme reír en momentos suaves, vamos a beber de los fríos copos contrastados con el calor veraniego,... no hay tarde más grata que la de hoy, la del jueves con juegos de naipes será cálida ablandando las oleadas tórridas.
Las imágenes se disocian ante la tersura de mis movimientos y la seda de las miradas avivada por el fuego de mi pelo que se extiendo como el amarillo del amanecer cercano a la copa del magnánimo sauce en que estoy posada. Como final de cuentas y entre quimeras, evalúo el año que pasó, todo se observa tan distante desde este apacible anciano que me cobija las tardes, todo tan lejano y sin importancia que no puede hacerme ni la milésima de daño que me hizo entonces y le lanzo besos a las pesadeces onerosas, mientras acariciaba con metales la sombría letanía y me liberaba de los versos presurosos que se agolpaban en mi carne inocua llena de duda y dispuesta a cuestionar en voz alta, carne desgarrada por su camino en contra de la masa y a favor del pensamiento libre.

La tarde más apacible y generosa está madura y sabe a frutas secas, cómo éter posado en mi nariz me adormece y me acerca a las raíces, como caída de la rama, pero aún en ella... el cuello tenso me exige reposar de espalda y ahora percibo la última estrella cercana a la luna que desaparece de a poco con la luz,... Volveré por la noche a conversar con ella nuevamente, contándole las anécdotas de una tibia memoria, los manantiales se exigían más agua...

Lo más oscuro de su cabeza explayado en lo escueto y baldío de su mente, no se le permite pensar certero, ni vivir caducado como pasto sediento en desierto, animal sin sangre que respira sin oxígeno y se alimenta de su deseo, lujurioso sentimiento hasta el punto de no hilar las ideas esparcidas por el fregadero de mugre del mundo... Le hablo a quien escuche y le canto sutilmente para que evalúe sin hablar, la mirada más extensa era la aplacada por la gravedad de otra naciente con más fuerza y fogosidad que una enredadera. Éstas verdes y venenosas treparon el sauce y nos cubren a ambos, congelados, como piedra, una vez vuelta la noche arrimarán a nuestras espaldas las ánimas a nosotros pertenecientes y beberemos felices con nuestras lenguas bífidas las aguas de ensueño en tanto las inscripciones cadenciosas se exhiben en el papel...

viernes, noviembre 16, 2007

Falso apego

Acabo de llegar y el vacío ni siquiera me da opinión,... La sorpresa cada día se hace mayor y me agradezco por la distancia a favor de mi bienestar, sólo gané yo, nadie más perdió nada y está bien, pero las palabras obligadas me enervaron y las notas de acuerdo con las caras también, la indiferencia total presente en el salón me tiene un nudo en la cara y no me deja ver más allá de lo que queda, en todo caso es tan mínimo, tan insignificante, tan escueto y tan frío, como lo fui yo escribiendo en un papel por ellos, pero está bien sólo fueron abrazos muchas veces no válidos. Se borró todo el contenido de mi mente y la decepción no me permite concebir las efigies, no se rememoran las sonrisas locas, ni los llantos agobiados, no se le permite a la alegría servir la cena esta noche, ni siquiera la tristeza tiene morada asegurada luego del ocaso, está consentido el desocupado corazón mientras se da cuenta que no tiene sangre que bombear porque toda se ha acumulado moviéndose a otro cuerpo, y no hablo de amor, es de amistad, en la que gélidas, las frases, se entusiasman con lo correspondido encarado con los sentimientos, y duelen más las caricias que con tersura y sin sentido, de lo que se vive, se dieron, y se quiebran las veladas dedicadas a la misma escoria que se enlazaba frágil conmigo y que un leve cambio rompe con el susurro de sus letras... Así arribaba la mañana y se esparcía con empuje por lo que quedaba del día y tenía pecas salpicadas de raza en los hombros, que los hombres no logran percibir lo complejo de las almas de otros, aquí todos fuimos gladiadores y nos ganamos en penosa batalla, pues aquí todos fuimos leones derrotados por nuestras lanzas, y salimos más heridos quienes entregamos más en la lucha, pero no por eso perdimos. Se fracturó la base sencilla y se despojó de las joyas a los reyes de la risa, se desfiguraron sus rostros con látigos ardientes junto con las dolorosas y punzantes agujas arriadas hacia los codos secos e indiferentes...
Te cuento que no tengo enemigos, sólo rivales y glaciares, témpanos abismales en distintos sacos, que los primeros son competencia y los otros se hacen nada con mi sol, mi sol que hoy hermoso amo, desplazando el otoño que acongojada me tuvo, me castigó este año con la pérdida ineludible de las hojas que desolaban mi ánima y me advertían lo seco del desierto de nieve. Se mutilaron los párpados extensos y las curvas negras en los ojos se arrancaron de raíz, dejando llanas las laderas de los montes mientras le abrían paso a emotividades de minutos, y no hablo de amor, hoy hablo de deseo. Pero la falacia de simpatía, se apodera del plano y evita esos temas, cautiva los botones de flores a punto de abrir y los colorea imperceptibles, inoloros e inaudibles, insípidos los pétalos ni, al tacto encontrables, vacíos de sangre... El corazón infecundo hoy es consentido, se fragmenta yendo cada en parte en búsqueda de lo que explique el desamparo, luego se sienta, sólo sin tristeza ni alegría, pues en esta mesa hoy no tienen cabida.

martes, noviembre 13, 2007

I Martes 13

Cansada está la espalda, que luego del agua fría, que logra excitarla, reposa y se duermen los ojos desde las pupilas y las manos se menean suaves alcanzando los hilos que sostienen las pestañas crespas, la crema aún no procuró humectar el rostro, no lo logra porque éste absorbe ágil todo lo que se le pone enfrente, como una esponja que luego recicla y entrega al exterior su contenido siendo amable. Los brebajes dispuestos, las pociones albergadas en lo profundo de la memoria, se hacen carne ciertos días y propician veladas agradables para quienes se extraen de lo común, la gente mira supersticiosa, mientras quienes atemorizaron se mofan y disfrutan, la tarde está tersa y un aroma dulce invitaba a los habitantes a guardarse en sus casas mientras quienes aprovechándose de la hermosura de sus nombres, discutían el mejor método para seducir, de negro y con los ojos cristalinos, sokka se ha cruzado en la vía, de forma que él prefirió alejarse, últimos acontecimientos lo habían azuzado a quedarse en casa, los siete años que el espejo le destinó en su caída no eran más que otra señal para que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, todo lo llevaba a su hogar, algo pretendía mostrarle qué había más allá... No pudo olvidar los ojos del felino, y ahora con un poco más de respeto decidió tocar madera y se aventuró en el camino hacia lo que la marca de pintura luego del paso bajo la escalera le indicó,... Los pergaminos no eran más que simples diálogos entre entes que a fin de agruparse en lo que eran corrieron rumores como mortales mientras preparaban las infusiones, de pie y con un sagaz gusto por el cloroformo lograron dormir a la ciudad. Sokka más amable, sin rasguños y ya sentado en su hombro lo acompañó a la casa, por el ático y dispuesto a enterrarle las garras en la espalda si llegaba a desviar el camino,... Encontró el diario secreto y comenzó a leerlo, sabía a quien pertenecía y cómo era ésta persona, superficialmente, nunca habían tenido una conversación profunda, además los años desde hace los que se había extraviado los alejaban, nunca nadie más supo qué fue de el, lo que lo sorprendió más fue la hoja final, lo primero eran anotaciones casi indescifrables por la complejidad del vocabulario y las figuras con las que se describía, a pesar de todo fueron las faltas lo que más le llamaban la atención, ese texto no era común y resolvió llevárselo, en ese instante Sokka bajo de su hombro y de un salto se perdió por la ventana hacia el bosque. Pasó por los mismos lugares y se preguntó con extrañeza el vuelco que tuvo su día, el sol se escondió en los montes besando las laderas y un manto aclarado por la luna blanca y redonda lo llevó sin querer a la cantina, pidió con sutileza a la moza del otro lado una menta, pues lo atontaba aquel color verde que lo hacía escuchar los aromas y danzar mientras fumaba su pipa sobre una mesa y junto al gaitero, terminado el minuto de relajo, se fue chocando los pies y tarareando una melodía de Mozart. Se lanzó en el sofá negro y la noche activada se enardeció, lo provocó como víctima de una roja manzana y llenándolo de pecado lo hizo vagar, las visiones que presurosas se agolparon en su espalda lo cargaron por meses y alivianó su carga con Sokka quien ahora inseparable lo acompañó a todas las osadas visitas de las que salió más de una vez mal herido, pues el reflejo de los ojos lo delató con tristeza por la muerte que no se repara una vez retrasado, porque la gente teme a los dones y los castiga, porque esa confusión se dilató hasta, dentro de 7 años, el siguiente Martes 13. El desplome de su incredulidad y la entrada en lo que se percató una vez convencido que era mentira de los brujos para ocultar los días de mayor poder, comenzó a atestarse de amuletos y los repartía para comprobar cómo se engaña sola la gente, cree lo que se le antoja y se convence de las cosas hasta hacerlas verdad, por eso su fe iba más allá de lo material y lo etéreo lo atiborró de más miradas desarrollando sus sentidos hasta llevarlo a un plano que rugoso se propagaba mucho más de lo que algún día logró soñar, por cada frase de otro temeroso, se reía y el tiempo se le hacía agradable, al fin había descifrado lo que el intentó decirle en el papel con fallas al final del diario: Sokka podía salvarlo. Por eso nunca olvidó sus ojos, por eso no se atrevió a moverlo de la casa el día en que llegó, por eso cuidó al viejo animal como si hubiera sido suyo, y en los días que vinieron se le reveló la glorioso riesgo que el animal y él corrían...

miércoles, noviembre 07, 2007

El impacto.

El impacto hizo borrar las estrías de mis labios, pues los besos se escaparon espantados y temerosos, la esperanza se transformó en óbice en el camino de la concentración y la rabia acompaña a la tristeza y le demuestra que no tiene cabida en lo que continúa. La leche pura alimenta luego que el cuerpo se ha sometido al masoquismo, ese que no se deja ver de tan presente que está y se exige más, ese que invita a hostigarse andando, a cazarse peleando, a seguir moviéndose, canalizando lo poseído. De qué sirve el agua turquesa si la sed trémula se oculta? De que sirven las ondas materiales si la luz no puede pasar entre ellas? De qué sirven las palabras de un antiguo, que sólo en brebajes logra recomendarte tus sabores y reconocer tu color...?
El impacto logró atenuar lo impulsivo de mi alma, acabando con las tórridas ambiciones y defraudando lo previsto,... La despedida fue como de mi boca salió, si de la última vez conseguimos mofarnos, ésta implacable sentenció lo pactado, jactándose de unas manos que violentas se apoderaron de lo mío y que hoy con el agua he lavado de mi cuerpo,... He hecho resbalar tus caricias con la espuma, renuncié con esporas venenosas nacientes en mí a la idea de un nuevo abrazo y cedí con vergüenza la canela que asquerosa siempre se me ha hecho a la boca y pedí tregua, tregua de segundos, mientras renacía el hambre de justicia, alto, mientras la ira convence a la congoja del mejor paso, suspensión, en tanto acababa con los recuerdos finales y enterraba las memorias podridas en lo más profundo de mi cerebro para que luego se excretaran como nada por mi sangre,...
El impacto cosechó respuestas obvias a preguntas no hechas por pavor...