Y las luces disminuyeron mientras seguìa posada en la acera, hoy se prende porque naciò la noche en París, hoy brotaron las luces porque estoy mordiendo algo que me aferre a su papel subscrito con tinta en sangre para que pueda plasmar lo que le comunico con mi cintura que es màs de lo que podría llegar a darle algún día, para que beba, ya nocturno, los brebajes fríos de mis labios y añore con fuerza mi voz los dìas de hiel veraniega cuando el calor del sol reemplaza mi cuerpo en otoño...
No exaspera el tejido tenue de la flauta que se toca en el salòn, mientras tus manos cual fámulas de tu deseo interno expresan lo que quieres, estás tatuando en mi espalda la historia de mi vida segùn como te la he contado y según como tú logras interpretarla, estás bailando flamenco en mis piernas y siento el vigor de tu vida en lo pasional de tu mirada, mientras electrificas mi cabello con el cincel. Eres como un Nogal esparcido en el centro de mi casa, y tus flores exòticas de cinamomo adornan mi alcoba, mi vientre y mi cabello.
Se entrañan las manos en los cuerpos blandos, esperando que la sangre subscrita en tu papel sienta que lo muerdo aguardando, porque ya no importan las caras cuando mis brazos danzan alcanzando el surco de tu espalda, cuando tatúas mi historia gracias a mi escrirto de tu interpretaciòn, cuando rozas lo prohibido mientras los arcoiris del crepúsculo se van a dormir a mi cadera, para entonces mi cintura te habrá explicado más de lo que podía darte de día. Siendo que ya llegada la hiel del verano, el calor del sol reemplace mi cuerpo para tu frío en otoño y yo desaparesca...
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