Me arde el corazón con la sartalada de palabras no aguantan en dispararse,
me quema la rabia de la traición y lo cobarde de tu actuar.
Me incineran las emociones contenidas, las horas que no dormí, la energía perdida.
Me apesta la incongruencia y soy una convencida de que no hay mejor sensación que la desdicha y el desencanto para escribir antipoesía, mire que quien piensa en cosas lindas, las manifiesta o es poeta y quien critica, alega por un cambio.
A usted no le gusta la crítica, al mundo no le gusta la crítica, al mundo no le gusta la verdad, a usted tampoco. Y, al menos, si fuese capaz de mentir sin ser pillado o mentir para aplacar y ser creído, sería menos grave.
Me molesta la dedicación mal agradecida, me molesta la vil práctica y me molesta el aprovechamiento.
Me desahoga mofar iracunda, me pacifica bufar, me desenreda disparatar.
Me trastornan las frases sin fondo, me parecen una burla.
Me da asco ver como te burlas de mi, como todos lo notan, como no te das cuenta.
Antes podría decir que me apenaba, pero ahora te lo digo así: Me desespera la forma en que te doy asco, me desespera el punto al que llega la vergüenza que sientes por mi, la manera descarada en que me mientes y las veces que has prometido cuidarme en vano.
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