miércoles, junio 08, 2011

Manual para vivir en plano.

No vamos de acuerdo a las modas, ni estamos al tanto con las otras personas. Qué del hacer personal cuando se toman rasgos aventurados de otros? Prodúzcase, entonces, el quiebre inflexible de la soledad más de acorde a las situaciones en las cuales se viva acompañadamente. Acótese a la camaradería misma de sus pensamientos. Libérese de la basura de palabras que inundan el fondo blanco de la mente cuando se desee hablar consigo mismo. Analícese, analícelo todo, mire que no es sencillo andar por ahí sintiéndose escoria de creer.
Cuando las nubes tergiversan el cielo y lo vuelven de otro color, derrepente cuesta recordar el refulgente de las estrellas en el oponente opaco.
Mire la luna, ojalá: Mire el sol sin quedar ciego, mire los árboles, coma flores (No saben mal), salte, cuide sus rodillas y esfuerce sus músculos...
Siembre letras en los surcos del cerebro, quizás le crecen árboles de ideas que alimenten su cabeza de las cosas que aún no se le ocurren. Derrepente, cuando se está de afuera cuesta menos pensar, derrepente, cuando se habla con los que están fuera, cuesta menos analizar, derrepente, cuando se quiere a las ratas, objetos de estudio, quizás su proceder sea un poco más distinto.

No piense que los demás se infravaloran, al contrario: O se valoran humildemente, o valoran por encima de la media, de modo que, todo lo que le rodee tenga alguna sensación implícita con el suyo. Y, por otro lado, preocúpese si piensa más en el perro que pasa por su lado antes que en usted.

No se prive, viva como se le antoje, sin invadir espacios ajenos. Quién dijo que era malo ser terrenal? Está en nuestra naturaleza, no se queje de eso, nadie puede obligarlo a violentar su espacio, ni el metro cuadrado indispensable, ni las praderas inmensas que usted desease, si quiera, contemplar. Nadie puede disponer de su tiempo, ni tampoco puede exigirle tratarlo como un dios (Con minúscula y en subíndice, destaco). Nadie puede exigirse, amedrentarse por lo que considere justo y preciso.

No se burle, que cuando uno escoge crecer, no puede ir acompañado, ni la biología, ni la filosofía lo permiten, por tanto: Puede usted comer acompañado, pero la digestión siempre la hará sólo.


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