jueves, julio 26, 2007

Gélidos ecos en un corazón vacío.

El sol está a mi lado y siento frío, siento frío y mi alma se arrastra, se arrastra y se congela lentamente, mis manos en el suelo se desangran, mis rodillas se parten y mis huesos se roen, pasa el tiempo y mi mirada agoniza, se pierde en la eterna oscuridad que marca tu inicio en otra vía, y siento frío, siento frío aún cuando el sol me abraza y me cobijan mil mantos y llamas, y siento frío aun abrasada...
Y me pregunto si sólo es posible que cada noche piense en la caida de las estrellas, que muriendo de pena se lanzaron sin saber que el vacio las cegaría, arrasándolas por un camino sin fin, y pasan por la tierra, me toman , me elevan y luego me llevan en su viaje infinito, porque yo, muriendo de pena, me deje caer en tierra supuestamente firme, pero al fin es tu recuerdo que me embriaga aunque no quiera, y cegada me alzo, y junto a las estrellas viajo, y aún con ellas... Siento frío...
En francés me cantan los nogales y me acarician las magnolias, que se compadecieron de mi caminar saltón y felices, por que de alguna manera logro sonreirte para que no entiendas, me prometen que no sufriré tanto, y que aunque se aglomere mi sangre o aunque desaparesca por entero de mi cuerpo, aunque no vea nunca más tu cara y que cuando nos reencontremos y te vea en lo que siempre debiste estar y como siempre debiste haber tenido tu corazón, remendará el cielo con un sonido de arpas las miles heridas y buscará en cada lugar los dispersos filamentos en que quedó mi alma gélida, sombría y moribunda, que sobrevivía engañándote con tu recuerdo, y que se mantenía con este frío, porque siento frío...
Y logro mentirte, son las dificultades que te unen a mi, tú hablas en negativo y yo logro mentirte, porque tu vida es lo suficientemente terrible como para darte paso a un camino con más trabas, prefiero tu narración a veces insegura e indirecta, que sé que te libera, me gusta tomarte y hacerte el camino más fácil, no bien el mundo se voltea y tus sonrisas me llevan a cuestas cuando ya el cimiento de mis piernas se derrumba y escucha con amalgamas sensacionales lo que tú feliz dices y me criogeniza...

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