domingo, septiembre 02, 2007

Sobre Descartes, mi reflexión: "¿Qué podré, entonces, tener por verdadero?"

El papel está en blanco y a veces cuesta que las palabras fluyan, completamente distinto es el caso de Descartes, quien al parecer tenía tiempo de sobra para cuestionar desde lo más superficial hasta lo que significaba su espíritu, y no critico su forma de ser, también me gusta escribir y a la vez me alegro de la variedad humana, en cuanto a postulados de vida y lo queramos hacer con ella, los distintos propósitos son lo que nutre, alegra, o empeora la vida de muchos, en todo caso, el balance es positivo, una vida plana no da abastos... En fin, el cuento es la duda existencial, tomo la atribución de reírme un poco de lo profundo de su duda, la que está presente en lo que somos y es lo que nos hace ser algo, por ende, nunca he llegado a cuestionar que soy algo o que existo, mi espíritu se posiciona frente a la vida con raíces firmes, la tierra no se mueve y está compacta y mis sentidos contribuyen en la construcción de un edificio que representa mi vida, pero si llegara a recibir señales falsas, tendría por seguro que la visión de pequeñas o grandes torres en el universo podrían ser hologramas que nacieron de la amalgama de mis dudas, de otros engaños, pensamientos básicos y previas creencias, en este instante invito a leer mi extracto del texto, le robo a Descartes su duda y baso en ella mis opiniones, de paso comento, a quien quiera saber, lo que él presiente:
"¿Qué podré, entonces, tener por verdadero?"
Debo confesar que muchas veces la mezcla de frases que proponía para explicar lo que el creía y cómo comenzaba a solucionar un problema para entrar en otro, confundían lo que necesitaba obtener para defenderlo o atacarlo en este fragmento, calma la idea de que al menos llega a la conclusión de que es algo que piensa, duda, entiende, afirma, niega, quiere o no quiere, siente e imagina, teniendo por concreto su gusto por la pérdida en sí mismo y su absoluta invalidez en la consideración de lo que es o no realmente tangible y lo que es capaz de definir gracias a su espíritu, pues es lo que logra concebir las ideas,... El entendimiento le facilita la noción de su espíritu.
En la extensión del documento voy captando las respuestas que Descartes se hace, las cazo cual mariposas con una red, observo sus tonalidades, me admiro por ellas y fabrico con ideas algo similar, ajeno y distinto, hoy no me interrumpo con la ciencia porque el largo de palabras seria realmente significativo, y admito con ésto que los cimientos de mi vida se han derrumbado de forma estrepitosa más de una vez al comprobar que mis sentidos me han engañado, por eso, curiosa, interpelo argumentos que me comprueben lo que mi espíritu pretende considerar por verdadero, por eso, al ya estar segura de las cualidades que Descartes se atribuye como "algo que piensa, duda, entiende, afirma, niega, quiere o no quiere, siente e imagina" agrego la de elegir y, por eso, adopto cosas, ideas, premisas, hipótesis, características, que me son planteadas, que se me imponen en bandejas, que tengo que buscar hurgando dentro de otros o en el infinito universo,... Soy algo que puede elegir y soy el invento de las cosas que considero mejores, broto de la creencia de los otros que existo, me alimento de lo que lo que escojo como mío, y me muestro en la expresión de la mezcla de lo que me representa,... Y en eso radica que nadie pueda ser igual a otro, porque cada persona es resultado de lo que prefirió, es resultado de lo que su espíritu creyó apto, forjando con materiales dúctiles lo que se llama persona, ensamblando los engranajes de la gran maquinaria espontánea generadora de pensamientos que somos, por eso también, las personas cambian, pues como somos capaces de adquirir algo también somos capaces de perderlo, todo ésto considerando la decisión propia, la impuesta no vale como cambio interno, porque no es otro capaz de modificar nuestra alma pero sí de influirnos en hacerla cambiar, en cada uno radica la opción de sacar una pieza, teniendo en cuenta la forma estable en que fueron o no calzadas éstas, puesto que si ha quedado algo suelto en el sistema, es fácil que se extravíe. Es decir, el considerado vulnerable, es aquel que nunca ha estado seguro de su fallo, es el que aún teniendo en cuenta lo que es, no tiene claro lo que quiere, y caemos en el viejo dicho: "Querer es poder", eso lo resume todo, yo soy mi invento, soy lo que quiero ser y puedo hacer lo que quiero en cuanto a lo que escojo, razono lo que considero verdadero y lo que en ocasiones me inducen y me agrada... Soy persona porque eso es el producto de lo que amparo, soy persona porque eso es mi fusión.

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