miércoles, octubre 10, 2007

Hoy toco tus labios y me desvanezco

Dos pasos en una caída a tope, el semblante matutino desplegado en algarabías agobiadas de centellas enarboladas, cánticos certeros en una historia plantada en cuatro haces de interrupciones incómodas y descolocantes, piernas oscuras ocultas en un plano sobrio luego de miradas, despedidas cargadas de miradas que recogen y albergan sentimientos más profundos, ¿Quién deja a un médico a cargo de mi libro? Recorremos pasillos, sobrecogidos por lo endeble y contrarrestante de nuestras vidas cuántos traen nuevas criaturas en un deseo ciego y egoísta, cuántos fracasan en el camino, cuántos de los natos quedan solos, sin respaldo, cuántos luchan por lo que aún queda por transcurrir en un inmenso camino... Tiemblo al escuchar lo dicho y me pongo de acuerdo con mi pasado demostrando la transición madura, diez años en carrera y el resto en mi vida solitaria y narcisista, quien cuenta con aquel minuto en el que las ganas se apoderan de los planes, quien maquiavélicamente forma la estrategia en un juego que no conoce las casillas, quien forma la estrategia en un ajedrez en el que a veces eres blanco y otras veces negro, quien? Aun los movimientos de la reina no son los que más podemos aprovechar... Pasamos por oncología infantil, todas las efigies estaban agarrotadas de bocas sonrientes frente a una muerte más asimilada, las toma de la mano con su traje negro que disputa con los fulgurantes albos de los ángeles, quien cree en dioses ahora? Son parte de nuestro invento de vida, el olimpo me agrada por lo sincero de sus historias: “...entonces Marte violó a...” y así con todos, te habla de venganza, culto, armonía y lucha, no es más que nuestra vida reflejada un piso más arriba en el departamento del camino, las nubes.
Situaciones agradables ante la monotonía, el placer de una solución va más allá de optar por la gratitud material, más complejo aún el triunfo sobre el artificial no-recogimiento frente a la frialdad del actuar...
Arrástrese y láncese contra la pared”” que mis días son el reflejo fiel de tu ánimo y del aporte de un sueño pequeño, no queda más tiempo para vivir, luchemos contra lo que nos hace dormir porque nos quita tiempo en saber y actividad, luchemos contra la fatiga y la indiferencia. Detona mi batalla interna el desgano en temas que no me son interesantes, más de una vez dije: “necesario no indispensable”, hoy lo siento al revés y no es simplemente algo de piel, es lo que nos induce en la búsqueda de un acoplamiento perfecto de personalidades, es lo que mueve un grupo que, sin ir por la misma vía llega a la misma meta, siendo el camino distinto lo que enriquece. Hoy me siento vulnerable por mi intolerable tolerancia, que no queda mal con nadie por aceptar los puntos de vista distintos y si me reflejo en personajes me doto de novelas con cada uno de mis males y bienestares. Queremos ser más que palabras rebuscadas, queremos ser frases significativas o subliminales, aunque nunca carecemos de espíritu, divergimos en los temas bases o en las camas separadas.
Mis amalgamas dotan de frío el calor ardiente, porque mi hoguera prendida dona los términos que el viento quiere escuchar, no basta. Dicho antes soy dos, de mis alegorías surge un baile que rinde tributo a la sombra de lo que fue, lo que se es y lo que se será, nos hurtan y buscan lucro abasto del tráfico de manos, manos que trabajan, manos que huelen, manos que tocan, manos que ven y que sienten, manos que son los planos de nuestros cuerpos y reflejan la idea de no perder lo que nos hace ser y de obtener por lo que aguerrido hemos bebido.
Se nutren rosas los contornos de las bardas de los nogales junto a las nubes plagadas de amarillos, que tus ojos no ven bien aun lo que el destino les ha deparado y yo los protejo del sol luminoso del que no han aprendido. Se aplasta un césped bajo nuestros cuerpos pesados, buscamos anormalidades escondidas en nuestros ropajes, ahora deja que usurpe nuestra guarida el viento que no viene a más que acariciarnos, que no viene más que a ocuparnos con la tersura de tus pestañas casi crespas bajo tus púrpuras, si el corrector hablara de mi redacción se espantaría, incluso más al escuchar tu forma de dormir sobre mi cuerpo, besábamos húmedo los labios en el roce cálido y congelante del atardecer, movidos en trance y acompañados de la luna y las estrellas que cautelosas se acercaron a ver nuestro espectáculo. Sólo recostados y de la mano en minutos eternos, quien acota mis segundos desnudos y no hurga en mi observar, quien no se percata de lo cercano y el quebranto de las lágrimas, quien no nos ayuda a crear un licor ácido, amargo y dulce como anís. Mi amor, se me desprende la piel para ir contigo a todos lados y lo contiguo y lo arcaico nos deja nudos ciegos, te adueñas de mis voces y cortas con sables cuerdas, de mí, vocales, exaltado las atas y dejas óbices que no pretendo, tú percibas. Hago la guardia en el día, pues avanzamos de noche y acaba de salir el sol, nuestros ojos acostumbrados a la luz hacen uso de los focos de día para quitar las máscaras que en ocasiones no podemos descubrir, mi abrigo te produce más que un rechazo amoroso. Decadente, más de tres veces, y rubor presente en las mejillas, pendiendo con astucia el escrutinio ante el deseo, me banco el dolor de la partida próxima y destierro tu carne amada del patio de rosas que las magnolias quieren alegrarte con la primavera y las violetas se sienten capaces de usarte a nuestro favor.
Sucumbimos en la red pesquera dentro del mar infinito, el arrastre llevó con nosotros el hito de una época que marcó sólo mi piel y tu esencia no queda y se esfuma como perfume luego de horas, te guardo años y luego iré a buscarte. Mi amor, todas las combinaciones no están exentas de mutaciones y los bastones que usamos en la subida nos sobran luego en la bajada, abandonados en la cima le sirven luego a quien encuentra como altura máxima la sima, si únicamente anhelamos un fuego verde efervescente. Las burbujas suben rápido luego explotan, hoy toco tus labios y me desvanezco...

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