miércoles, octubre 24, 2007

Sentencia

Fresca está el agua que pasa por mi cuerpo, aún conserva lo gélido de los glaciares contenidos, los nervios fríos se extienden en el organismo viviente de la máquina humana y las sensaciones penetran la roca que se hace blanda ante la vista cautiva de los replandores naranjos, las palabras secas me seducen queriendo acaramelarlas y hacerlas, no rutinarias, pero frecuentes. Al oscurecer no se han olvidado las bondades tiernas de las manos y la seducción presente en los aromas terrenales, la avaría previa a la guerra por los intereses de las cosas que ya están marcadas corrompe nuestros corazones y desata los más fobistas deseos de proteger lo que viene, terminaremos comprando como ganado el aire que nos queda por nuestro porpio asesinato, somos sonisesa y vendemos la vida con caretas, me gusta descubrirlas, aunque no tengo mucho talento, a veces ansio poder adivinar situaciones con la mirada, pero lo admito: no tengo el don, y me lleno de información para poder sacar conclusiones, el tiempo apremia y me encantaría poder hacerme partícipe de miles de miradas cómplices, las ideas se enlazan con mis letras y les gusta jugarme malas pasadas, me relaja la instancia luego del climax, como mi voz calmada da sueño a ciertas personas, como mi casa que llena de colores cálidos invita al sueño profundo, mi cama suave reposa mi cabeza y aquieta los pensamientos que amenazan con estallar, cubre los secretos más profundo y contribuye con los planes más macabros, ahora se sentencia por querer decir muchas cosas que no cicatrizadas las heridas son sal que causan dolor. En la espera porque me invites a tu casa, cicatrizan las heridas de lo ardiente.

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