martes, octubre 16, 2007

Trigal

Las noches ocultan la figura trémula de sus amores, acunan historias de heridas más allá de las brisas matutinas y despliegan luego de verdes, secos sus frutos que molidos bajo pasos de celestiales corseles que nosotros, sobre la sombra de sus pieles, besamos la uva fresca de las vecinas vides. Ahora desde el monte miramos los tornasoles, escuchamos los murmullos y copiamos adaptando las palabras a sus agudas espigas, sí mi amor, enterramos nuestros pies en los restos de trigo que han cortado para la harina, nuestra sangre se mezcla con ésta y nutre el pan que entregaremos al mundo, las cocciones desastrosas se vuelven dulces y azucaradas, se tornan azules y nos dan tiempo para elegir entre contemplar el pasado de un terreno fértil, o la arides erosionada de nuestros últimos días vacíos. Desalojados tenemos los campos antes fructíferos, y lloramos como sauces sobre el lago tendido a los pies, no nos quejamos aguardando la pena, no esperamos que ésto cambie porque la ilusioria sensación de lo maleable se ha vuelto loca en laberintos de posibilidades. Me rindo ante la alteza, señora espiga: alta, fría y servida, severa ante la belleza de mis manos las dañó para darte a ti el bocado, ahora interrogamos si realmente lo mereciste, sí mi amor, mi carne despedazada por el aire te alcanzó, la lluvia rosa teñirá tus días hasta el ocaso púrpura,... Me rindo y doy mis minerales para alimentar tu sed de venganza, más que amor me mueve la rabia, el viento cogió las capas tendidas sobre el suelo y nos ha hecho bancarnos la alegría de las primaveras que resurgen, los besos que se siguen dando, los pecados que los hombres siguen cometiendo, el frío que se vuelve a sentir y la angustia pendida del saber. No ansio ser parte de las marionetas que se mueven con las telas de la sociedad, mis ideas pueden ser similares a otras pero no por eso quedo aislada de la "moral", quién se atreve a imponer modelos cuando aun la mariposa quizo ser gusano? ver todo desde arriba es sin duda más fácil,... esta lucha continúa y la voy ganando a diario, sin pretención de balance el extremo es aliado de la duda y lo inconcluso, desvariamos ante lo inestable de nuestros edificios, siempre me han gustado los círculos ramificados, siendo los cuadrados màs manejables. Mas como límite, el infantilismo ha acotado las palabras que buscamos en la descripción, indago en cabezas revolviéndolas para ocupar luego lo que se anhela definir. Las varas de trigo de incrustan en nuestras espaldas, nos atraviesan y nos cuentan gritando cuantas noches llanas se subestimaron en la espera de una mirada oscura...

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